- El buen jefe de cocina nunca se esconde tras el pase; cuando hay un problema con un cliente por culpa de la cocina, no deja que lo resuelva el maitre. Se cambia su mandil, se pone su gorro y sale a la sala para solucionarlo.
- El camarero NO es tu enemigo, es tu compañero y además tus ojos en la sala. Ambos perseguís un mismo objetivo, la satisfacción del cliente y que entre dinero en la caja.
- La razón la lleva el cliente y, sino la lleva, tenemos que hacer que sienta que sí.
- Cuando no pedimos ayuda sólo se resiente el cliente en primera instancia, la imagen del restaurante en segunda y en tercera tu imagen cara a tus compañeros.
- El cocinero está para hacer de comer, no empecemos con tonterías cuando un cliente pide un plato fuera de carta.
- y el camarero para recibir al cliente con una sonrisa, para atenderlos de forma rápida y diligente, para llevar el plato que ha hecho la cocina con estilo y profesionalidad, para atender una queja o una pregunta, para pedir un taxi, para cantar cumpleaños feliz, para…..,para……,para……,para….
- A los camareros, la comida no viene en lata. Cuando un plato no sale es porque todavía no esta terminado, por pedirlo más veces no se cocina antes.
- Presión sí, pero con control. Disciplina, siempre, es la llave del éxito.
- Las voces son buenas en algunos momentos, no puede ser nuestro día a día.
- Trabajo, trabajo y trabajo, pero siempre bien hecho; lo demás son tonterías.
Francisco Jiménez Rivas, Cocinero
Fte: ESHA
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